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"Esto es para cuando vuelva mamá"   versione testuale


Las palabras del Papa sobre la irrupción de la muerte en la vida de la familia son verdaderas, cálidas, corresponden extraordinariamente a mi experiencia de padre que se quedó sólo con sus cuatro hijos después de la muerte de mi esposa, en 1990. La más pequeña de los cuatro tenía tres años y ella seguía diciendo "Mi mamá está en el hospital, pero papá ya no va a verla”. Cuando había un pastel guardaba un trozo y decía: "Esto es para cuando vuelva mamá "
 
Yo le decía que su mamá estaba en el Cielo y ella quería que la llevara en brazos a la ventana para verla allá arriba. Yo siempre les he dicho la verdad a mis hijos y he utilizado con ellos las mismas palabras que con las demás personas. Cuando regresé del hospital para decirles que su madre había muerto, ella estaba en mi regazo mientras yo estaba hablando con los demás. Cuando le decía: "Mamá está muerta, no vuelve, está en el Cielo, un día también nosotros iremos al Cielo y la encontraremos allí" – ella miraba a los demás para saber por sus caras si yo decía la verdad, o si lo decía sólo para ella. Fue una gran lucha el poder ayudarla a comprender el misterio de la ausencia de la madre, a pesar de haber optado por no ocultarle nada, y permitir que ella - en mi regazo – pudiera participar en la Misa de despedida y llevarla siempre con nosotros en las visitas a la tumba. El Señor nos ayudó y la serenidad no nos faltó, a pesar de esta dura prueba. (Luigi Accattoli)
 
Luigi Accattoli, periodista del "Corriere della Sera", se volvió a casar, este comentario se refiere a la muerte por cáncer de su primera esposa, Michela Ceccon (1947-1990). No nos puede pasar por alto el espíritu de confianza en el Señor con el que la familia Accattoli vivió esta prueba. He aquí una oración que Luigi escribió en nombre de sus hijos en la primera Pascua que pasaron sin su madre.
 
Oración de la familia después de la muerte de su madre
Señor Tú que lloraste por la muerte de Lázaro,
aquel que amabas,
y por el dolor de sus hermanas Marta y María,
acuérdate de los amigos y amigas que han llorado con nosotros,
que nos ayudan en casa y nos invitan a sus casas,
nos llaman por teléfono y nos escriben,
nos dan mucho cariño,
rezan por nosotros.
Sonríe Señor a los que nos recuerdan cuando están felices
y querrían que fuésemos felices con ellos.
Recuerda a las mujeres y hombres
que nos han escrito y que nosotros no conocemos.
Que el afecto que nos llega de personas que nunca hemos visto
sea para nosotros un signo del amor de tu Padre
al que no podemos ver.
Que ninguno de los que se han acordado de nosotros
se quede solo en la vida
ni sienta miedo por quedarse solo.
Que siempre pueda disfrutar de la acogida de los hermanos
como hiciste con nosotros.
Que ninguno de ellos deba enfrentar solo la enfermedad
y el pasaje oscuro que lleva a ti.
Te pedimos por ellos, junto con nuestra Michela.
Acuérdate de ella, que siempre tenga la sonrisa y la fe.
Envíale un agradable recuerdo de nosotros.
Ayúdanos a sentirla llena de alegría
como la hemos conocido.
Ayúdanos a creer que la volveremos a encontrar.
Brille tu luz sobre ella,
Que permanezca en tu paz para siempre. Amén
 
Matilde, Beniamino, Agnese, Valentino, Luigi (Roma - Pascua 1991)
 
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