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Un regalo para la familia   versione testuale
En su audiencia el Papa Francisco habló de las fiestas: "Si hay lugar para toda la familia ¡salen mejor!"


El Papa Francisco ha comenzado a hablar de la fiesta en su camino de reflexión sobre las tres dimensiones que marcan, por así decirlo, el ritmo de la vida familiar: la fiesta, el trabajo y la oración. "La fiesta - inició así la catequesis en el Aula Pablo VI - es un invento de Dios", que " nos enseña la importancia de dedicar un tiempo a contemplar y a gozar de lo que en el trabajo ha sido bien hecho. Hablo de trabajo, naturalmente, no sólo en el sentido del arte manual y de la profesión, sino en el sentido más amplio: cada acción con la cual nosotros los hombres y mujeres podemos colaborar a la obra creadora de Dios".
 
"Puede suceder que una fiesta llegue en circunstancias difíciles y dolorosas, y se celebra quizá “con un nudo en la garganta”. Y sin embargo –dijo-, también en estos casos, pedimos a Dios la fuerza de no vaciarla completamente. Ustedes mamás y papás saben bien esto: cuántas veces, por amor a los hijos, son capaces de apartar las penas para dejar que ellos vivan bien la fiesta, ¡gusten el sentido bueno de la vida! ¡Hay tanto amor en esto!"
Si “el tiempo de la fiesta es sagrado porque - dijo el Papa - Dios habita en modo especial", “la familia está dotada de una competencia extraordinaria para entender, dirigir y sostener el auténtico valor del tiempo de la fiesta. Pero ¡que bellas son las fiestas en familia, son bellísimas! Y en particular del domingo. No es casualidad si las fiestas en las cuales hay lugar para toda la familia ¡son aquellas que salen mejor!"
El Papa añadió que "la misma vida familiar, mirada con los ojos de la fe, aparece mejor de los cansancios que implica. Nos aparece como una obra de arte de sencillez, bella porque no es artificial, no fingida, sino capaz de incorporar en sí misma todos los aspectos de la vida verdadera. Nos aparece como una cosa “muy buena”, como Dios dice al final de la creación del hombre y de la mujer. Por lo tanto, la fiesta es un valioso regalo de Dios; un valioso regalo que Dios ha hecho a la familia humana: ¡no la arruinemos!"
 
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