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La familia en el Sínodo/4   versione testuale
Martes, 9

De la intervención de Mons. José Horacio GÓMEZ, Arzobispo de Los Angeles (ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA)

En un sentido positivo, la globalización se nos presenta como un momento providencial para seguir adelante en la misión de la Iglesia de transformar a la humanidad en una única familia de Dios. Evangelizar en esta era de la globalización nos llama a una nueva proclamación del misterio de la Iglesia como la familia universal de Dios. En nuestra nueva evangelización, la Iglesia debe ser el “sacramento” - el signo y el instrumento - por el cual la familia universal de Dios se realiza en la historia.
 
De la intervención de Mons. Nicolas DJOMO LOLA, Obispo de Tshumbe, Presidente de la Conferencia Episcopal (REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO)

Prestar una mayor atención a la pastoral familiar. La familia es el lugar donde se forja el futuro de la humanidad y se concreta la frontera decisiva de la nueva evangelización. La familia debe ser transfigurada por la Buena Nueva de Cristo; tiene que volver a ser el lugar donde se aprende el camino de la fraternidad, del amor, de lo auténticamente humano más allá de cualquier frontera entre tribus y pueblos. Recordar la urgente necesidad de la formación, la educación y el acompañamiento de los jóvenes. En la perspectiva de una nueva evangelización, debemos poder desarrollar una catequesis susceptible de orientar a los jóvenes hacia el encuentro personal e íntimo con Cristo. Así formados y sobrecogidos por la fuerza del Evangelio, los jóvenes podrán contribuir generosamente al surgimiento de una África tranquilizada, justa, segura y próspera.
 
De la intervención de Mons. Joseph Edward KURTZ, Arzobispo de Louisville, Vicepresidente de la Conferencia Episcopal (ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA)

“La Bendición del Niño en el Seno Materno”, aprobada el 8 de diciembre de 2011 por la Congregación para el Culto Divino, para uso en los Estados Unidos de América, es un momento pastoral de evangelización inicial del niño y nueva evangelización de la familia. Este gesto sagrado, que extiende calurosamente el amor de Cristo a las familias que se preparan para el nacimiento de su niño, es a la vez una manera positiva y llena de esperanza de anunciar a la sociedad el gran don de la vida humana y una amable invitación a los padres, para que comiencen a preparar el bautismo del niño una vez que ha nacido.
 
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