"Los cristianos, rescatando el tiempo presente y distinguiendo lo eterno de lo pasajero, promuevan con diligencia los bienes del matrimonio y de la familia así con el testimonio de la propia vida como con la acción concorde con los hombres de buena voluntad, y de esta forma, suprimidas las dificultades, satisfarán las necesidades de la familia y las ventajas adecuadas a los nuevos tiempos. Para obtener este fin ayudarán mucho el sentido cristiano de los fieles, la recta conciencia moral de los hombres y la sabiduría y competencia de las personas versadas en las ciencias sagradas"(GS 52).
 
Estrechar lazos profundos con todos los hombres que pueblan el mundo y que desean el bien. Esta fue la invitación explícita, dirigida a la Iglesia y a las familias, contenida en la constitución pastoral Gaudium et Spes, desarrollada por el Concilio Vaticano II y promulgada por el Papa Pablo VI el 8 de diciembre, hace cincuenta años. Y sólo para hacer más patente la conmemoración de dicho aniversario les presentamos hoy un extracto del documento, enteramente dedicado a analizar la esencia del matrimonio y de la familia - en todo tiempo alegría y esperanza del género humano – en relación con la sociedad moderna.
 

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