Una larguísima lista de nombres; así es la genealogía de Jesús. El que trae la buena nueva es hijo de la larga historia de un pueblo, cuyos nombres son la suma de las generaciones. El nacimiento de Jesús nos es contado desde el lugar de José que reconoce la presencia del ‘Dios con nosotros’ en los hechos acaecidos a María, su esposa. La pregunta también es para nosotros: ’dónde encontrar al ‘Dios con nosotros’?
 
Los Magos venidos de Oriente, extraños personajes, anónimos a pesar del título; quizás sacerdotes que estudiaban las estrellas, extranjeros seguramente. Los Magos al inicio van a su encuentro, pero el encuentro con todos, sin ninguna excepción, será el estilo de Jesús, que irá en busca de los corderos, allá donde se encuentren.
Nosotros, somos un pueblo de paganos que vive, al igual que los Magos, en tierras lejanas. Nuestra condición es la de quién está desanimado por el pecado y se da cuenta de la gran distancia que lo separa de Dios. Los Magos acudirán a Jerusalén, centro de la tierra de la presencia de Dios en medio de su pueblo. Y preguntan: “’Dónde está el rey?” Lo buscan porque quieren “adorarlo”. Son ellos los que, habiéndola previamente recibido de la estrella, llevan – ¡a Jerusalén! – la noticia del nacimiento del Rey. Epifanía, fiesta de luz, de anuncio y de encuentro.