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La suerte de tener una familia    versione testuale
Ecos del Circo Máximo: los testimonios de las familias en las calles para defender el futuro de sus hijos


Hay cochecitos, jóvenes, abuelos. Ninguno se ha perdido el Family Day en el Circo Máximo. Ondean las banderas de La Manif pour tous, Movimientos por la vida, parroquias y asociaciones. Se izan las banderas de la Lombardía, Véneto y Liguria y hay muchos alcaldes con sus bandas tricolores, representantes de la Iglesia Evangélica y de la Iglesia Ortodoxa, de la comunidad islámica y judía. En la plaza se repite el grito "No Cirinnà" y las pancartas son claras: "lo que está mal, está mal, incluso si se convierte en ley", "Cirin-No, vivan los hijos y la familia", "Los niños no se pagan", "La única unión civil es el matrimonio ","Quiero una mamá y un papá".
 
Acuden a la manifestación desde todas las partes de Italia en tren y autobús, "para decir que la familia es hermosa", dice Lucía de Casale Monferrato, 10 niños de 6 a 23 años: "No podemos dejarles a nuestros hijos un mundo injusto. Queremos un futuro mejor para ellos". El objetivo es "defender a la familia y a los hijos de una inversión de la naturaleza", insiste Nicola Lovison, 28 años, de "Tradizione e bellezza" venido a Roma desde Padua. Piero también es de Padua, 8 hijos y 9 nietos: "De mí y de mi esposa nacieron otras familias, ”no es maravilloso?". De una "reafirmación del modelo antropológico tradicional de la sociedad" habla Giancarlo Frare dell'Agesc de Treviso, y los ojos de Giuseppe de Potenza, brillan cuando habla de su nieto: "El poder económico tiende a debilitar los lazos, tenemos que defender la familia y el corazón de ésta: los niños".
Marina, once hijos - todos presentes – corre tras ellos por el Circo Máximo: "Quería traerlos a todos de Cagliari, de dónde venimos", dice sin aliento. "Pedimos que la ley no se apruebe: su raíz son los intereses económicos, que lo contaminan todo. La mujer es portadora de vida, no una esclava", dice David Lorenzo García, 25 años, mirando sonriente a su esposa Rita, 22 años, que sentada amamanta a su pequeña Perla de 3 meses.
Filippo, de Florencia, 4 niños de edades comprendidas entre 4 y 14 años, nos dice "lo más bonito de ser una familia es saberse perdonar unos a otros", mientras que Giacomo, con 4 hijos, admite con una sencillez desarmante: "Creo que soy muy afortunado al menos una vez día".
 
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