Mientras la Corte Suprema discute sobre la controvertida ley de salud reproductiva (RH Bill .Reproductive Health Law), en Manila, Filipinas, el martes 9 de julio, ante el Palacio de Justicia se ha celebrado una vigilia de oración promovida por la Comisión para la Familia y la Vida de la Conferencia Episcopal filipina. La Iglesia católica quiere, así, mostrar su firme oposición a la norma, firmada el pasado diciembre por el Presidente de la República, Benigno Aquino, después de 14 años de discusiones legislativas, y espera que sea declarada inconstitucional. Diez jueces han votado ya por el rechazo, con se han declarado a favor de la entrada en vigor de la ley, que promueve un programa de planificación familiar, invitando a las parejas a no tener más de dos hijos y favoreciendo la esterilización voluntaria.

El card. Luis Antonio G. Tagle, Arzobispo de Manila, ha afirmado que «el valor absoluto de la vida humana vencerá al control de natalidad. Nos comprometeremos más en promover la santidad de la vida y de la persona, la educación integral de los jóvenes, el acceso de los pobres a los servicios sociales y a los cuidados médicos, la tutela del verdadero sentido del matrimonio, la protección de la creación. Pedimos a todos los filipinos trabajar juntos para sanar la familia y caminar humildemente en la justicia como hijos de Dios».
 

El Pontificio Consejo para la Familia ha recogido un comentario sobre la iniciativa del padre William Santiago, ex Director de la Pastoral Familiar en Filipinas, y que es uno de los colaboradores del Dicasterio. «La atmósfera del encuentro no tiene el carácter de oposición o violencia, sino de fiesta, de oración, de danza, de alegría, para renovar juntos nuestra fe en un proyecto de respeto y defensa de la vida, basado en la antropología cristiana y tal y como está reconocido en la misma Constitución filipina, desde el Preámbulo», ha dicho el padre Santiago. La ley de salud reproductiva es, pues, «inconstitucional, en cuanto está en evidente oposición a los principios fundamentales del derecho a la vida de la Constitución». Los movimientos católicos, las escuelas y las asociaciones laicales se han organizado para promover una amplia participación en la Vigilia de oración que es -afirma el sacerdote- «una ocasión para mantener atenta la vigilancia sobe los valores esenciales de la convivencia y de la justicia en la República de Filipinas y, a la vez, para renovar nuestra fe y nuestro compromiso en la promoción y defensa de los valores cristianos de dignidad de la persona humana y de la vida». En el evento participarán representantes de otras religiones y de la comunidad civil, que en su mayoría − dice el padre Santiago − está contra la nueva ley.