R.-Sobre todo podemos todavía contar con un porcentaje muy alto de familias que están muy cerca de la Iglesia católica, de familias que tienen identidad católica y de familias que conservan el gusto por tener hijos. Yo creo que estos elementos se conjugan, pero no es que tengamos garantizado que esto se mantenga, pues ya los influjos de la sociedad globalizada empiezan a permear. Es el momento oportuno, para nuestra iglesia en América Latina, de fortalecer y consolidar la familia y poder así seguir ofreciendo este testimonio al mundo.

 

2) P.- Justamente sobre el tema de la globalización del cual Ud. hablaba, vemos que en el mundo se está imponiendo un modelo general de familia. ”Cómo estáis experimentando la relación entre la identidad cultural de vuestros países y la globalización? ”Dónde se presenta esta tensión?

 

R.- México y, en general, America Latina tiene una idiosincrasia muy particular, tiene una identidad muy definida, pero la globalización nos va imponiendo ciertos estilos de vida que confrontan la vida habitual o tradicional de la familia. Por señalar un ejemplo, la perdida cada vez más fuerte de la costumbre de la familia que come junta alrededor de la mesa. Son efectos de la globalización a los que tenemos que estar muy atentos para contrarrestarlos.

 

3) P.- El card. Baldisseri se ha referido, en días pasados, al Sínodo diciendo: el Sínodo deberá ocuparse de toda la experiencia familiar, no sólo de algunos problemas, como el de los divorciados vueltos a casar, del cual se habla tan fácilmente hoy en día. ”Cuál es su punto de vista? ”Cuál es el punto de vista del camino de vuestras Iglesias? ”Cuáles son las cuestiones relativas a la familia de las que el Sínodo y más en general, la Iglesia se debería ocupar en este momento?

 

R.- Fundamentalmente centrar el problema en la integralidad de la familia, de las circunstancias que vive y de lo que se debe dar en la relación familia – iglesia. Lo demás vendrá como consecuencia. Como este grave y complejo problema de los divorciados y vueltos a casar.

  

4) Nos puede contar, ofrecer a nuestros lectores, una historia bella, que tenga todavía fresca en la mente, de una experiencia de pastoral familiar o de vida familiar en su país.

 

R.- El testimonio que me ha impactado mucho es cómo en las siete diócesis de las que yo formo parte, en la provincia eclesiástica de Tlalnepantla, hemos podido hacer un congreso sobre el tema de la familia, en cada diócesis, y al año siguiente, en el 2013, un Congreso de provincia, con las siete diócesis, y con todos los agentes de pastoral de la familia presentes. Allí hemos visto cómo luchan las familias, cómo están tratando de poder trasmitir la fe a sus hijos. Y uno de los testimonios más hermosos es ver como lo van logrando cuando se juntan los matrimonios entre sí, cuando empiezan a tener un contacto también los hijos entre sí por motivo de la fe, y entonces, se consolida la asistencia a la misa dominical.