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Un gran reto   versione testuale
En Bangladesh la Iglesia apunta hacia una educación que refuerce la familia


“Los problemas de la familia son un gran reto para la Iglesia. Así fue, así es y así será siempre”. Lo decía monseñor Gervas Rozario, obispo de Rajshahi, una importante ciudad de Bangladesh, él ha escrito una carta pastoral sobre el tema titulada “Anunciar el Evangelio en las familias cristianas”. El prelado insiste en que “la familia es la cédula fundamental de la sociedad y de la Iglesia. Es el principal centro de la sociedad humana y de la Iglesia, por lo tanto desafiar a la familia significa desafiar a la Iglesia. Dios tiene un designio para la familia y cada familia cristiana es una “Iglesia domestica”, es decir, que cada familia tiene la responsabilidad de ser santa, católica y misionera. Es la vocación de cada familia, en nombre de Dios”.
 
Monseñor Rozario- apunta la agencia Asia News- pone en evidencia que “han aumentado gradualmente los retos para la familia”, señalaba que en el pasado en las diócesis los mayores problemas venían de la pobreza, del abuso del alcohol, de las divergencias entre marido y mujer. Hoy se han añadido ulteriores problemáticas, como la cultura anticristiana, el uso de métodos anti naturales para el control de la natalidad y el aborto, los matrimonios fáciles y el divorcio, la ausencia de uno de los padres por motivos de trabajo, la falta de una correcta comunicación entre los miembros de la familia, la influencia perversa de los medios de comunicación.
Según el prelado, la solución de los problemas de la familia se debe buscar en primer lugar en la educación de los niños. “Cada familia-subraya- debería ser ‘una familia para la familia’. Por esto hemos de anunciar el Evangelio en la familia cristiana. El dialogo, el perdón, la justicia y la concordia pueden aportar la paz a la familia. Sacerdotes, hermanas, religiosos y catequistas deberían visitar asiduamente a las familias para consolidar este objetivo”. Además, el obispo habla de falta de comprensión en el matrimonio y en la formación de la familia. “Proponemos cursos de preparación al matrimonio, pero muchos jóvenes no participan. Por falta de conocimiento de una justa vida familiar muchos nuevos matrimonios acaban por divorciarse o separándose.” Finalmente, monseñor Rozario explica que existen tensiones entre los que viven juntos sin haberse casado: “Estamos siempre dispuestos a ofrecer nuestra ayuda pastoral para que una familia sea realmente católica. A veces se encuentran enfrentados con la comunidad local por haber transgredido las reglas y se crean conflictos. Nosotros acogemos a todos aquellos que deseen volver y les brindamos la oportunidad de la confesión para que puedan iniciar una nueva vida en la comunidad católica”.
 
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