Torna in Home Page
 HOME ESP » Iglesia » De las Iglesias locales » La familia, modelo de desarrollo económico    

La familia, modelo de desarrollo económico   versione testuale
Carta pastoral de los Obispos portugueses, al concluir la Asamblea plenaria

La familia es un bien insustituible, fuente principal del capital humano, social y espiritual de una nación, la primera y más importante de las instituciones civiles. Lo afirman con vigor los Obispos de Portugal, en una Carta pastoral al concluir la Asamblea plenaria de la Conferencia episcopal portuguesa, que se ha celebrado en Fátima, del 8 al 11 de abril, sobre el teme "A força da família em tempos de crise" ("Reforzar la familia en tiempo de crisis"), como preparación a las Jornadas pastorales sobre organización de la sociedad a la luz de la Doctrina social de la Iglesia (del 17 al 19 de junio).
 
En el contexto actual, de grave crisis económica y financiera, escrien los prelados, la solidaridad familiar, entre las generaciones, es el último y primer baluarte para las personas en dificultad, sin trabajo y sin medios necesarios para una supervivencia digna. Esta fuerza, confían los obispos, no debe permanecer solitaria, sino que debe extenderse a la sociedad entera, también a través de una red interfamiliar, que dé testimonio cristiano en el sufrimiento.
Con ocasión de la festividad navideña, los Obispos portugueses emitieron una nota pastoral para invitar a los cristianos a multiplicar «los gestos de ayuda recíproca, de solidaridad y compasión, en tiempos en los que escasean el trabajo y los bienes materiales, superando costumbres egoístas para colocar al prójimo en el centro de atención y de servicio».
 
En el origen de la grave crisis de nuestra época − se lee en la Carta pastoral del 11 de abril − «hay fallos en un modelo económico basado en la maximización del lucro y del consumo, en una óptica individualística y egoísta, que valora a las personas sólo por su capacidad de responder a las exigencias de la competitividad», como dijo Benedicto XVI con motivo de la Jornada Mundial de la Paz 2013. En cambio, «el verdadero y duradero éxito se obtiene con el don de sí mismo, de las propias capacidades intelectuales, de la propia interdependencia, puesto que el desarrollo económico vivible, es decir auténticamente humano, necesidad el principio de gratuidad como expresión de fraternidad y de la lógica del don» (n. 5), dijo el Papa Ratzinger. Por lo tanto, continúan los prelados, «la gratuidad típica de las relaciones familiares debe servir de modelo para un nuevo paradigma de desarrollo, fundado en la solidaridad».
 
En familia, «la persona es amada y acogida como ser único e irrepetible, vive el amor gratuito, la solidaridad espontánea, la autoridad como servicio, el valor del enfermo y del anciano, la alianza entre tradición e innovación, la unidad y la complementariedad de las dimensiones masculian y femenina, la fidelidad y el compromiso». Son estos los valores que deben constituir el fundamento de la construcción de un nuevo modelo social y económico que pueda aplicarse a la comunidad eclesial tanto como a las empresas, a las administraciones y servicios públicos, a las escuelas, a los hospitales, a las asociaciones.
Precisamente como prototipo de desarrollo humano, ético, civil, político y económico, la familia debe ser defendida y valorada a todos los niveles institucionales, de la Iglesia y del Estado. «Es necesario creer en la familia como proyecto duradero, basado en el empeño de darse totalmente y no en la volatibilidad de los sentimientos. En este contexto es razonable la decisión de tener hijos». Según las estadísticas, en cambio, Portugal está entre los países con una tasa de natalidad más baja.
 
 
 
 
print
Copyrights 2012. All rights reserved Pontificium Consilium pro Familia