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Defender la dignidad de la persona   versione testuale
Los Obispos de Guatemala a la Asamblea general de la Organización de Estados Americanos



La Conferencia Episcopal de Guatemala ha enviado un comunicado a la Asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA), reunida del 4 al 6 de junio en La Antigua, sobre el tema: "Para una política integral ante el problema de la droga en América". Con este motivo, se han presentado y aprobado resoluciones que afectan a la ética pública y persona, sobre la cual -dicen los Obispos- la Iglesia católica debe pronunciarse. «Es urgente que los gobiernos adopten medidas dirigidas a reducir la criminalidad y la pérdida de vidas humanas a causa del tráfico de droga», escriben los prelados, que subrayan la «implicación moral en la producción, comercio, distrobución y consumo». En particular, los Obispos de Guatemala, en comunión con el Episcopado de América, manifiestan su "preocupación" por "resoluciones que favorezcan la práctica del aborto" y afirman que los reglamentos que se desprenden de la Convención interamericana de Belém do Pará de 1994, que preveen la legalización del aborto, constituyen "una violación de la Constitución de Guatemala". No sólo. «El aborto es una violación del derecho natural a la vida del no nacido». El aborto es «un delito contra la dignidad y la vida de la persona humana totalmente inocente, indefensa e independiente». Por lo tanto, «la condena del aborto no se funda en un credo religioso, sino en el derecho inherente a toda persona a la vida, comprendido el nascituro». El derecho a la vida es un derecho superior y fundamental, el más fundamental, que precede y prevalece sobre el derecho de la mujer a no quedarse en cinta.
 
Por lo que respecta a la resolución contra la violencia por motivos de discriminación sexual, escriben los obispos: «Las personas con una orientación sexual diferente son objeto de derechos y de dignidad humana y tienen derecho a ser protegidos de todo tipo de violencia». «También afirmamos que la dignidad de la persona no se defiende a través de la aprobación legalizada de varias formas de conducta sexual o en otros ámbitos de comportamiento de la persona. La dignidad inherente a cada persona no transforma en derecho humano cualqueir tipo de conducta que la misma persona pueda tener». Por el contrario, «la dignidad de la persona se defiende con fuerza cuando la conducta humana se atiene a un códice ético que deriva del orden natural de las personas y de las cosas». Y «la sexualidad humana está naturalmente orientada a la complementariedad entre el hombre y la mujer». Por lo tanto, se pide a la Organización de Estados Americanos que no apruebe la resolución sobre "Derechos humanos, orientación sexual e identidad y expresión de género".

 
 
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