Después de exhortar a los fieles a "emprender acciones por la paz y la justicia en el Congo", un país que "necesita paz, evitando todo acto de violencia y de conflicto que conduce a la guerra, enemiga del progreso y del hombre", los obispos congoleños indicaron el remedio para "la sociedad actual, marcada por la globalización de la indiferencia, el odio y la violencia": la misericordia practicada en torno al hogar doméstico. Recordaron que es dentro de este "núcleo de la sociedad y de la iglesia" donde se aprenden "el diálogo, el perdón, la reconciliación, el amor, la paciencia con el prójimo" y es en ella donde la vida humana encuentra su "punto de referencia ".