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Los jóvenes de Alepo: una caricia de Dios   versione testuale
A pesar de que la guerra sigue causando estragos, algunos jóvenes sirios, en estos últimos días, decidieron visitar a los ancianos de una residencia de Alepo, infundiéndoles esperanza y confianza


Pasaron el día con los ancianos de una residencia cercana. Les ayudaron económicamente pero sobre todo les ayudaron con su presencia cálida y solidaria. Este hermoso gesto de amor tuvo como protagonistas a los jóvenes de Alepo, Siria, que en estos días pasados, y a pesar de sufrir la consecuencias de la guerra que arrasa el país - no dejaron escapar la oportunidad de hacer el bien, yendo al encuentro de uno de los grupos más vulnerables de la población.
 
La historia de este día tan especial, en el que dos generaciones se encontraron y apoyaron mutuamente, nos la cuentan con sus palabras los jóvenes que la protagonizaron, sin escatimar los detalles de todas las dificultades a las que tuvieron que hacer frente para que esta pequeña, y al mismo tiempo grande, visita pudiera realizarse. En su carta también expresan la profunda alegría que experimentaron al poder realizarla "Todos ellos - escriben en una carta - estaban muy sorprendidos con nuestra visita porque, a causa de los bombardeos, desde hace mucho tiempo nadie va a visitarlos: la residencia se encuentra en una zona de la ciudad muy peligrosa. Después de saludarlos nos abrieron sus corazones y nos contaron sus historias. Nos dijeron que, por culpa de la guerra, muchos de sus hijos habían tenido que emigrar y muchos de ellos ya no tenían casa pues había sido destruida. Les escuchamos con mucha atención; a continuación, ayudamos a algunas personas de edad avanzada, que no podían moverse bien, a bajar al jardín, ya que no hay electricidad y por este motivo hace mucho calor en las habitaciones. Cantamos y bailamos con ellos, hicimos todo lo posible para que se sintieran amados, a pesar de que ellos se sienten abandonados por todos: hijos, parientes, y algunos de ellos incluso se sienten abandonados por Dios. La experiencia que pudieron vivir con nosotros –concluyen con júbilo los jóvenes de Alepo – creemos que les permitió experimentar la esperanza en la vida y la confianza en el amor de Jesús".
 
 
 
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