Los Obispos de Nigeria, precisamente de la Provincia eclesiástica de Ibadan, en una Nota, lanzan una invitación a la paz a todos los ciudadanos de diferentes creencias, apelando «a la moderación y a comenzar un nuevo curso, libres del rencor y la violencia», para poner fin «a la violencia y al insensato baño de sangre» que se está produciendo en buena parte de la nación.

 

En el centro de las preocupaciones de los Obispos nigerianos está la trata y la explotación de menores; para los crímenes contra la infancia, piden que se introduzcan penas agravantes. Entre los temas de violaciones de derechos y de la dignidad de los niños, está también el problema de los matrimonios precoces, de los embarazos adolescentes y de las uniones homosexuales. En la Nota, se hace «una llamada a todos los nigerianos a proteger los valores tradicionales del matrimonio y la familia, para promover una sociedad cohesionada». «Reafirmamos que una familia está compuesta por un hombre, una mujer y los hijos».
 

En una entrevista al diario "Vanguard", mons. Alfred Adewale Martins, Arzobispo de Lagos, ha expresado su deseo de que se pueda alcanzar pronto «una Nigeria unida, en la que todos tengamos un solo sentido de pertenencia como parte integrante de la nación». El mismo deseo expresa un comunicado final de un reciente encuentro entre cristianos y musulmanes. Al comentar el encuentro, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria, Arzobispo de Jos, mons. Ignatius Ayau Kaigama, ha afirmado: «Los líderes religiosos, para que sean escuchados, deben dar el buen ejemplo de la coherencia con sus acciones».