Mas que nunca “puesta a dura prueba” y afectada por “ataques desde todas las partes”. Es este el estado de salud de la familia en Bulgaria, según lo que nos cuenta el presidente de la Conferencia episcopal búlgara, monseñor Christo Proykov, entrevistado por Desislava Tanceva para la Radio Vaticana durante la visita “ad limina” de los obispos de la Bulgaria. El proceso de la secularización que se está radicalizando también en la sociedad búlgara, sobre todo entre las nuevas generaciones, “pone seriamente en discusión el fundamento de la indisolubilidad del matrimonio, como también – explica el obispo- la misma necesidad de casarse”. Si muchas familias llevan heridas del divorcio, “en la opinión pública en Bulgaria la familia-sigue- todavía se entiende la unión entre un hombre y una mujer”. La ley búlgara “no reconoce los matrimonios entre persona del mismo sexo, pero esta corriente de pensamiento penetra también nuestra sociedad y esto crea nuevas necesidades pastorales”. Son pocas, por ejemplo, las parejas que viven la propia sexualidad según los enseñamientos de la Iglesia, los anticonceptivos vienen comúnmente puestos en los anuncios y el aborto practicado con ligereza: “La causa de esto-Explica Monseñor Proykov- es por la mayor parte la ignorancia, también para la falta de una educación cristiana en las familias de origen, fruto de cincuenta años de ateísmo de Estado durante los cuales la enseñanza religiosa es muy limitada”. Hoy en Bulgaria se respira “grande necesidad de una formación cristiana de las familias. Tratamos de hacer lo posible con cursos de preparación al matrimonio, cursos y encuentros con las familias, cursos de catequismo para adultos y encuentros de formación para los jóvenes sobre el magisterio de la Iglesia sobre estos temas. Y –Concluye-este año tenemos en proyecto de organizar encuentros nacionales de las familias.