Los 551 participantes en la Conferencia asiática sobre la Familia (13-16 de mayo 2014), al concluir sus trabajos, han publicado una declaración que sintetiza los resultados obtenidos en los cuatro días de debates, que se realizaron en Manila, en presencia del Secretario, Mons. Laffitte. Relativismo moral, pobreza, bienestar incierto, legislaciones contrarias a la vida promovidas por algunos gobiernos e instituciones: estas son las amenazas individuadas por la Conferencia contra las cuales la Iglesia y la familia deben luchar, hoy, para evitar un verdadero “tsunami del mal”.
Por ello, los participantes en la Conferencia piden con fuerza “respeto por cada vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, haciendo propias las palabras de san Juan Pablo II, el santo de la familia, que ha invitado a los fieles de los países asiáticos, -“donde la cuestión demográfica es a menudo usada como argumento para sostener la necesidad del aborto y de los programas de control artificial de la población”- a contrarrestar la “cultura de la muerte”.
La declaración conclusiva
